Por Héctor Fernando Navarro/Guadalajara/El Informador
Una ola de luces, láseres y energía desbordada convirtió al Auditorio Telmex en una pista de baile la noche del domingo, cuando Kylie Minogue volvió a México después de más de una década de ausencia.
Con más alrededor de 7 mil 500 personas reunidas, la artista australiana hizo suyo el escenario a través de un espectáculo dividido en secciones, marcado por cambios de vestuario, despliegue escénico y un repertorio que abarcó desde sus más recientes producciones hasta los himnos que la consolidaron como referente del pop.
El concierto, previsto para las 20:00 horas, comenzó media hora más tarde debido a la lluvia que complicó los accesos. Sin embargo, el retraso no mermó la expectativa pues apenas sonaron los primeros acordes de Lights Camera Action, tema de su disco Tension II (2024), el público estalló en aplausos y coreó cada palabra.
Minogue, acompañada por seis bailarines, apareció envuelta en un traje rojo brillante y saludó con entusiasmo. “Guadalajara, ¿cómo están? ¡Qué hermoso lugar, estamos muy cerca y es genial. Bienvenidos al Tension Tour 2025”, expresó en un español sorprendentemente claro.
El recorrido musical se estructuró en siete bloques. Tras la apertura, llegaron In Your Eyes y Get Outta My Way, seguidas de un primer giro hacia canciones como Good As Gone y Spinning Around. Cada segmento introdujo un cambio estético del rojo intenso a tonos más cálidos, con capucha incluida, hasta un vestido negro vaporoso que imprimió un aire de misterio en piezas como Confide in Me, Slow y Timebomb.
Uno de los momentos más celebrados de la noche se dio cuando el auditorio entero retumbó con cánticos de “Kylie, Kylie, Kylie” y “Kylie, hermana, ya eres mexicana”. La cantante, sorprendida, pidió traducción y, al comprender el gesto, saltó emocionada junto con el público. Más tarde, agradeció en inglés. “Muchas gracias, levanten las manos para poder verlos. Tienen increíbles outfits esta noche. Se siente bien estar de nuevo. Gracias por venir, vengo de muy lejos y que me digan eso es grandioso. No lo puedo creer, muchas gracias, son un hermoso público. Hagan ruido para mí”.
La conexión con los asistentes fue constante, especialmente con la comunidad LGBTIQ+, que se hizo notar entre vestuarios brillantes, abrigos de colores y caracterizaciones inspiradas en la propia Kylie.
La australiana no solo jugó con el dinamismo de sus bailarines, sino también con elementos visuales. Durante una parte del concierto, una bola de discoteca descendió del techo, iluminando el recinto antes de dar paso a un medley que incluyó Supernova, Real Groove, Magic y Where Does The DJ Go, con lo cual el concierto alcanzó su faceta más festiva.
Ya en la recta final, el Auditorio Telmex se rindió definitivamente con el clásico que definió a toda una generación, Can’t Get You Out of My Head.