Verónica Ucaranza, única magistrada de Jalisco postulante a la SCJN

Por Carlos Millet Medina/Puerto Vallarta

Con una trayectoria de 30 años que avalan su profesionalismo y capacidad y con una amplia experiencia en la administración de justicia, además de una formación académica y capacitación constante a toda prueba durante todos estos años, la doctora Verónica Elizabeth Ucaranza Sánchez es la única magistrada del estado de Jalisco que, entre más de 800 postulantes en el país y después de muchos filtros, entrará a la tómbola final para poder ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

En esta entrevista con Vallarta Opina, la doctora explica en qué consiste su amplia trayectoria hasta este trascendental momento y su visión de la justicia y sus objetivos, luego de tres décadas de trabajo en la administración de la justicia en el país.

– ¿Cómo se siente tras saber que ha sido la única elegida en Jalisco para entrar en la tómbola final para ser ministro de la SCJN?

En primer lugar, con la satisfacción del deber cumplido dentro de la administración de justicia. Treinta años de trabajo ininterrumpido en el área de administración de Justicia sirvieron de justificación para que, ahora, pudiera ser considerada en el proceso de selección del Poder Legislativo, una de las personas de mejor perfil o con la elegibilidad suficiente a fin de asumir el cargo de Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En segundo lugar, con una responsabilidad y objetivos claros, que impacten no solo en el espacio de justicia, sino en la vida de todas las personas de nuestro estado mexicano, generando una nueva visión de justicia, abriendo la puerta, y deteniéndola para que muchas mujeres también puedan motivarse a pasar y llegar a cargos de toma de decisión, a sabiendas que el máximo cargo dentro de la administración de justicia, como lo es la Suprema Corte, me permita seguir administrando, Justicia, de forma, igualitaria, justa y humanizada, debiendo desarrollar un trabajo íntegro, responsable y  cercano, de puerta abierta  y escucha efectiva, como hasta hoy.

En tercer lugar, me siento motivada, porque no sólo en forma personal es gratificante, sino que para toda la población de Jalisco debería de serlo que una mujer, esposa, madre, abogada, trabajadora, docente, ciudadana, puede ocupar dignamente un espacio como lo es el de Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y, por último, me siento ganadora, sea cual fuere el resultado ya que a la sumatoria de todas las personas que participaron mujeres y hombres comprometidos con México, puedo decir que tengo la posibilidad y soy elegible para este cargo.

Lo que se traduce en que, si llego yo a la boleta, no llego sola, llego de la mano con Jalisco, cargando un sueño de miles de hombres y mujeres que desean paz social, justicia y felicidad para su país.

JUSTICIA, RAZÓN Y CORAZÓN

– Usted es magistrada del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco. ¿La Suprema Corte impacta a Jalisco y en qué aspectos? ¿En qué medida esta experiencia va a resultarle útil en la SCJN, en su trabajo y para defender los intereses del estado de Jalisco?

Treinta años de servicio ininterrumpido me han ayudado a ver las condiciones de vida, que cientos de personas sufren a diario, y que desde el servicio público observo, escucho, los acompaño y emito mi resultado con la mejor decisión, sumando la justicia, la razón y también el corazón.

Los escucho en la calle, en las escuelas, en las asociaciones, cuando doy clase, cuando acuden a mi oficina a realizar un alegato, cuando alzan la voz en una queja, todo me informa, me informa, me construye, me construye, y me hace reflexiva, propositiva y cercana al pueblo.

En segundo lugar, estos años de experiencia, los aglutino en una especie de recetario, que tendría entre sus mejores ingredientes la edad, la madurez, la preparación, la experiencia, los aciertos y desaciertos, la experiencia de vida, todas ellas, como áreas de oportunidad, que me respaldan para más de 1,500 sentencias dictadas en segunda instancia como magistrada y de las que un número mínimo han sido modificadas por tribunales federales.

Lo que traduzco en que mis ingredientes tienen un magnífico resultado, que se llama administración de Justicia justa, igualitaria y cercana al pueblo de Jalisco, que hoy se traduciría en los mismos elementos para más población necesitada de justicia.

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