EDITORIAL
SEGUNDA PARTE Y ÚLTIMA
En la primera parte de esta entrega de opinión editorial advertimos que la exitosa marca turística Riviera Nayarit, que este año cumplió 18 años de vida y que está considerada como uno de los principales motores económicos del estado, ha sido relegada en la actual administración estatal, que está por cumplir su cuarto año –de seis- el próximo mes de septiembre.
Hay que recordar que esta situación ha provocado una seria preocupación entre empresarios del sector turístico, hoteleros y líderes de opinión en la región de Bahía de Banderas, quienes vieron crecer como la espuma la marca Riviera Nayarit en beneficio de todos.
Incluso, la preocupación alcanza a una buena parte del sector privado de Puerto Vallarta, pues el hecho de que el gobierno estatal de Nayarit haya decidido no respaldar más la marca afecta irremediablemente los planes y proyectos conjuntos.
Y es que Puerto Vallarta y Riviera Nayarit comenzaron a sumar fuerzas con la campaña de promoción conjunta iniciada en junio de 2013, logrando una recuperación meteórica del turismo nacional y extranjero, con más rutas y vuelos en un tiempo récord.
A partir de ese momento fueron 12 años de trabajar codo con codo en la promoción, publicidad y relaciones públicas de esta región que algún día fue promovida con el eslogan de “dos destinos, un paraíso”, frase y convicción que lamentablemente hoy están en el olvido.
Pero dicen que nada es para siempre y el gobierno del estado de Nayarit decidió seguir su instituto turístico, con planes, gestiones y proyectos propios para dejar atrás una exitosa marca con resultados medibles que fue creada por un gobierno priista. Y ese es, quizá, su mayor pecado.
Y es que desde hace cuatro años el gobierno nayarita decidió borrar del mapa –poco a poco- todo lo relacionado con la marca Riviera Nayarit y con aquel gobierno priista que catapultó al destino en México y el extranjero.
En fin, que hoy tenemos que lamentar esta serie de decisiones salidas del estómago y no de la cabeza, porque la marca Riviera Nayarit y la campaña de promoción conjunta labraron su camino propio de éxito, al grado de ser cacareados como un ejemplo en el país.
Y es que fueron presumidos, una y otra vez, por el entonces director del hoy extinto Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), Rodolfo López Negrete, también ligado el priismo mexicano.
Hoy, los expertos en turismo consideran que abandonar la promoción de la marca Riviera Nayarit podría tener consecuencias graves a mediano y largo plazo, incluyendo una baja en la ocupación hotelera, la pérdida de vuelos internacionales y una menor captación de turismo extranjero y divisas.
Ante este panorama, empresarios y líderes de la región han solicitado ya una revisión urgente de la política turística estatal y han hecho un llamado al gobernador, Miguel Ángel Navarro Quintero, para que se reevalúe la estrategia de promoción, a cargo –por supuesto- del secretario de Turismo de Nayarit, Juan Enrique Suárez, quien no muestra mucha empatía.
No es una exageración decir que la falta de promoción de la marca Riviera Nayarit y la campaña de promoción conjunta con Puerto Vallarta empiezan a notarse en los principales mercados turísticos del extranjero, en donde la marca ha ido perdiendo presencia frente a férreos competidores como Los Cabos, Cancún y toda la Riviera Maya.
No es una casualidad que el turismo estadounidense lleve casi un año a la baja en el aeropuerto internacional que comparten Puerto Vallarta y Bahía de Banderas/Riviera Nayarit.
Falta la promoción conjunta, falta la publicidad y las relaciones públicas que Vallarta y Riviera hacían con una bolsa económica común hasta hace un par de años, en que dejó de fluir la aportación nayarita. No querer verlo es vivir en el engaño…