Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas
A pesar del compromiso que hicieron funcionarios del gobierno municipal, ante los habitantes inconformes en la manifestación realizada en el campo de béisbol el pasado mes de febrero, la molestia aumenta debido a la tolerancia que la autoridad muestra ante el creciente fenómeno del comercio informal que inunda las calles del pueblo.
En un recorrido realizado por las calles del pueblo se puede constatar el mismo desorden del que se han quejado los diversos sectores, persiste el abuso de los comerciantes ambulantes e incluso de algunos negocios establecidos al invadir impunemente la vía pública, sin que los inspectores y agentes de tránsito hagan algo.
Los supuestos operativos que se comprometieron realizar los directores de Seguridad Pública, de Padrón y Licencias y de Protección Civil, solo son actos para tomarse la foto y conforme se retiran del pueblo, los ambulantes retornan y se vuelven a instalar como si nada en las áreas públicas. Hay restaurantes sobre las calles que cubren con lonas y la gente aparta lugares con objetos para adueñarse de los espacios públicos.
DESORDEN EN LA PLAYA
El área más desordenada es la playa donde las carpas y camas de masaje abundan y tapan la visibilidad de la playa y son un desorden generalizado y por eso Sayulita se ha convertido en un pueblo sin ley y las autoridades solo sirven de burla, porque no ponen orden. Frecuentemente llegan y prometen y hasta hacen operativos con grúas y se llevan algunas cosas de los ambulantes, pero apenas se van e inmediatamente se vuelven a poner.
Ha habido ocasiones que llegan inspectores de Padrón y Licencias a los negocios establecidos a pedir papeles y todo pero, aunque enfrente están los ambulantes, y solo dicen, “con ellos no” y la gente se pregunta porque “conmigo si”. Lo peor es que los ambulantes si pagan, pero no a tesorería del ayuntamiento.
Los funcionarios municipales se manejan con puras mentiras ante la gente, y es que llegan un día cualquiera, como que hacen su trabajo, se toman fotos y la circulan en redes sociales y se van, pero media hora más tarde, ya todo está igual de nuevo y todo es lo mismo.
Durante las pasadas fiestas ejidales, se reubicaron a los vendedores alrededor del campo de béisbol, que es el único espacio amplio cercano al centro del pueblo, eso se hizo por iniciativa del ex agente de tránsito Saúl Cuevas, que durante el tiempo que estuvo en Sayulita ordenó algunas cosas, pero lo cambiaron y lo pusieron de inspector de Padrón y Licencias.
LA PLAYA, TEMA HORRIBLE
Para muchos habitantes entrevistados, la playa es un tema horrible, porque los puestos de masaje abundan como si fueran tiendas de conveniencias por todos lados, y cada 10 metros hay un puesto y aparte dejan su lona, tapan sus muebles con lonas y se ve horrorosa la playa que además está invadida desde el río, hasta la zona de pescadores.
Hay puestos de masajes por todos lados y a ello se suman las torres de salvavidas que los empleados de Profepa dejan arrumbadas porque ya están viejas y hay varias torres arrumbadas y cuando llegan a ir empleados de Profepa, solo llegan y se ríen. “Son unos inservibles que no quieren tener problemas con la gente, son unos ineptos”, dijo una comerciante del pueblo.
APATÍA OFICIAL
Por toda esa apatía de las autoridades municipales, la gente ya no quiere pagar ni permisos ni licencias y dicen “para qué” si la autoridad no funciona. Una señora dijo, “cómo vamos a pagar licencia si cualquiera llega y se instala y no le dicen nada. Realmente los ambulantes están como reyes en Sayulita.
Se comprende que no pueden pagar una renta, porque son carísimas, pero tampoco se vale que pongan pisos en las calles y además es claro que el pueblo no puede sostener a tanta gente, pero ellos generan basura y no se hacen responsables de nada.