¿Todos contentos?

EDITORIAL

Hace ocho días, por cuestiones de agenda, no fue posible comentar el tema del cobro del impuesto a los pasajeros de cruceros internacionales que arriben a puertos mexicanos a partir del primero de julio próximo.

Pero como no hay mal que por bien no venga, pues vamos a hablar de este impuesto que, para sorpresa de muchos, comenzará a ser gradual con un cargo inicial de 5 dólares por pasajero a partir de la fecha referida, en lugar de los 21 dólares propuestos inicialmente por el gobierno federal.

Se trata de una decisión –digámoslo así- salomónica por parte del gobierno federal que impactará poco de inicio a los pasajeros y a las compañías navieras que ya tienen vendidos los viajes a los destinos turísticos mexicanos que reciben este tipo de barcos, incluida la terminal marítima de Puerto Vallarta.

Sin duda, ahora sí se nota que hubo un cambio en el mando del gobierno federal, porque con ya saben quién el cobro se aplicaba porque se aplicaba y nada de que hubiera sido gradual, no. Con ya saben quién la letra con sangre entra y el cobro iba porque iba.

Sin embargo, nos informaron que las negociaciones entre el gobierno federal de México y las compañías naviera estadounidenses tuvieron un final casi feliz.

Y es que, con argumentos sólidos que ya conocemos, las empresas de cruceros internacionales lograron concretar una propuesta viable que incluirá una significativa reducción en el impuesto que se cobrará a este sector a partir de julio del presente año.

Esta propuesta también contempla un incremento gradual del impuesto a partir de 2026, bajo la condición de que las compañías navieras aumenten su proveeduría mexicana y promuevan los destinos nacionales en sus plataformas de comunicación. Las compañías aceptaron y el gobierno federal ganó, ahora sí, un aliado… “Así, sí baila mi’ja con el señor”, dirían en el rancho en pleno huateque.

Según el documento emitido por la Secretaría de Turismo (Sectur) del gobierno federal, el nuevo esquema establece que desde el 1 de julio de 2023 hasta el 31 de julio de 2026, el gravamen en el Derecho de No Residente (DNR) será de 5 dólares por pasajero, en lugar de los 21 dólares que se habían establecido previamente. Este cambio busca incentivar la llegada de más cruceros al país y, por ende, potenciar la economía local. A partir del 1 de agosto de 2026, se implementará un aumento escalonado del DNR.

Durante la fase inicial, que comprenderá desde esa fecha hasta el 31 de diciembre de 2026, los cruceros pagarán 10 dólares por pasajero. Posteriormente, desde el 1 de enero hasta el 31 de julio de 2027, el impuesto se incrementará a 15 dólares, continuando el proceso de ajuste para culminar en una tarifa de 21 dólares desde el 1 de agosto de 2027 hasta el 31 de diciembre del mismo año.

Esta iniciativa, junto con la prórroga de seis meses para la implementación de la nueva tarifa, es una manifestación del compromiso del gobierno federal para apoyar y colaborar con la industria de cruceros.

El documento enfatiza que este esfuerzo es parte de un acuerdo más amplio que busca promover el desarrollo económico en diferentes regiones de México.

Sin embargo, leyendo las letras chiquitas de la Sectur en el documento emitido, se puede ver que este esquema de reducción y aumento escalonado del DNR está condicionado al cumplimiento de una serie de requisitos que las empresas deberán adoptar. Entre ellos, la obligación de incrementar el suministro de productos mexicanos que se utilicen a bordo de los barcos y mejorar la promoción de destinos turísticos mexicanos en sus canales de comunicación.

Es así que no todo es miel sobre hojuelas, porque además las navieras tendrán que retener el dinero del DNR para entregar posteriormente al gobierno.

Parece una salida más justa para el gobierno federal, pero habrá que preguntarse si en las navieras y los pasajeros estarán todos contentos…

FRASE:

“Sectur ha instado a las empresas navieras a contribuir a la generación de empleos dentro de la industria, así como a promover la artesanía y el arte mexicano durante las travesías. Es importante señalar que, de no mostrar avances en las acciones solicitadas, las empresas no solo perderán la posibilidad de beneficiarse de la reducción impositiva, sino que se mantendría el cobro de 21 dólares previsto para iniciar en julio de 2025. La Sectur ha dejado claro que esta decisión no se tomará a la ligera, destacando la importancia del compromiso de las empresas con la economía mexicana”

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