Por Rafael Camacho
El pasado 2 de enero el año que recién empieza, familiares y amigos de quien en vida fuera conocido coloquialmente como “Don Nacho”, se unieron en un emotivo homenaje póstumo en memoria en la que fue su casa en el centro de Vallarta. Fue un maestro que dejó una huella imborrable en la vida de sus alumnos y colegas, muchos de ellos, hoy exitosos profesionistas del quehacer público y privado. La familia le organizó, como cada 2 de enero, fecha de su cumpleaños, una rica taquiza, misma que reunió a sus amigos y ex alumnos, hijos, nietos e invitados especiales, con la emotiva y cálida recepción de quien en vida fuera su adorada esposa, Delia González Dávalos y sus hijos Marina Deyermira, Yozozky Dinorah, Krethel y Alberto, así como todos sus nietos.
José Ignacio Cortés Lugo, conocido por su dedicación y pasión por la enseñanza, se destacó no solo en el ámbito político y por su excelente labor educativa, sino por su compromiso con la formación integral de sus estudiantes. Su enfoque humanista en la educación y su capacidad para inspirar a jóvenes a perseguir sus sueños hicieron de él un referente en la comunidad.
Durante el homenaje y a iniciativa del Lic. Antonio Lugo Morales, se le entregó un reconocimiento póstumo, recibido en manos de su viuda Delia González y que plasma las firmas de quienes, en vida, compartieron sus innumerables tertulias y vida profesional. Antonio Lugo expresó su gratitud hacia Cortés Lugo: “Don Ignacio no solo fue un maestro excepcional, sino también un mentor y un amigo. Su legado vivirá en cada uno de nosotros”. La reunión incluyó momentos conmovedores, como la plática de anécdotas vividas y agradecimientos por el tiempo compartido con don Nacho.
José Ignacio Cortés Lugo partió físicamente de este mundo hace algunos años, pero su legado educativo y su esencia perdurarán en cada rincón de la comunidad que tuvo el privilegio de conocerlo. Sus familiares y amigos continuarán honrando su memoria, llevando adelante los valores y principios que él promovió durante toda su vida.
