EDITORIAL
El pasado fin de semana Vallarta Opina publicó información que da cuenta de cómo los motociclistas se han convertido en un verdadero problema de salud pública, social y vial en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas.
Y es que, al conducir un automóvil por calles y avenidas de la ciudad, quién no ha sufrido con los motociclistas que van a toda velocidad por en medio de los autos y rebasando por la derecha, incluso utilizando las ciclovías, subiéndose a las banquetas y esquivando por un lado los topes, entre otras linduras más.
Se trata, pues, de un auténtico problema vial que tiene consecuencias públicas y sociales cuando un automovilista se atreve a cruzarse en el camino de estos nuevos cafres del volante, quienes no conformes con ignorar muchas de las reglas viales, además se muestran intolerantes y agresivos, con miradas que apuñalan.
Por supuesto que hay sus excepciones, como sucede en el caso de los automovilistas, entre quienes están los que aceleran, rebasan y se meten sin medir las consecuencias.
En este contexto, sorprendieron las declaraciones de Katia Vargas Guillén, subdirectora de Tránsito Municipal, quien reveló que el 45% de los accidentes registrados en vialidades de la ciudad involucran a motociclistas.
Según las cuentas, durante 2024 se registraron un total de 242 motociclistas lesionados y 919 choques. Ahí, nada más para el gasto. De ese tamaño es el problema.
Hay que decir que también sorprendió que la subdirectora reconociera que existen limitaciones operativas por parte del personal de Tránsito Municipal, tema en el que sin lugar a dudas tendrá que trabajar mucho más la actual administración para evitar que el problema con los motociclistas siga en aumento, quizá hasta el grado de ya no poder controlarlo.
La Subdirección de Tránsito cuenta con solo 142 elementos para atender un parque vehicular que supera los 140 mil automóviles, divididos en tres grupos de 24 oficiales, además de un equipo de agentes pedestres asignados a los semáforos, lo que es a todas luces una cantidad de personal insuficiente para atender las necesidades de un destino turístico como Puerto Vallarta.
En fin, que el tema de los motociclistas ahí está y se ha agravado con la entrada en operaciones de cientos de repartidores que se ganan el sustento diario trabajando para las plataformas de comida rápida.
Hemos visto cómo conflictos viales entre automovilistas y motociclistas acaban, por lo menos, en mentadas de madre, como si la progenitora tuviera la culpa.
En contadas ocasiones hay golpes entre los involucrados y es un tema en el que se tiene que trabajar, porque no hay la mínima prudencia ni de unos ni de otros, aunque insistimos que la mayoría de los motociclistas manejan como orangutanes, sintiéndose dueños de las calles, con poco respeto por los demás y tratando de imponer su ley.
Dice la subdirectora de Tránsito Municipal que se realizan operativos, se levantan infracciones y se sacan de circulación muchas unidades, pero lamentablemente el problema persiste y, como decíamos, tiende a agravarse, amén de aquellos conductores que llevan a su familia sin las medidas de protección y seguridad necesarias.
En suma, que mientras el gobierno municipal no tenga la capacidad operativa para vigilar calles y avenidas y poner orden entre automovilistas y motociclistas, no tenemos de otra más que conducir a la defensiva y con paciencia.
Estamos obligados a cuidarnos de conductores irresponsables e insensibles a quienes les vale el derecho ajeno; especialmente, hay que cuidarnos de aquellos motociclistas que, evidentemente, están al borde de un ataque de nervios…
FRASE:
“Algunas personas utilizan el término ataque de nervios para describir una situación estresante en la que las exigencias de la vida resultan física y emocionalmente abrumadoras. Afecta a la capacidad de una persona para satisfacer sus propias necesidades y realizar tareas y actividades cotidianas. El término se utilizaba con frecuencia en el pasado, pero los profesionales de la salud mental ya no lo usan. En su lugar, es posible que escuches hablar del término crisis de salud mental”
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LA PERLA NEGRA

Katia Vargas, subdirectora de Tránsito Municipal, reconoció que no se dan abasto para atender las necesidades viales de Vallarta, tanto por falta de personal como por su asignación al control de los semáforos…
¿Y, ENTONCES, PARA CUÁNDO UN ESTUDIO SERIO DE MOVILIDAD Y LA COMPRA DE NUEVOS SEMÁFOROS, APÁ?
Buenos días.