Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas
En las vísperas de que inicie la temporada de verano, cuando cientos de turistas llegan a la región de Bahía de Banderas en su automóvil, la carretera que comunica a Punta de Mita se encuentra en deplorables condiciones con una gran cantidad de basura en los acotamientos, pero también con grandes baches que asustan a los conductores locales.
Las lluvias han acentuado estos problemas al provocar que los baches se transformen en auténticos pozos y al caer las llantas de un carro provocan daños de consideración en los rines y en otras partes importantes, por lo que integrantes de la industria turística local recomienden a sus clientes que viajan en auto propio, que lo hagan con mucha precaución.
PUNTOS DIFÍCILES
Los puntos más difíciles de la carretera están a la altura de la Cruz de Huanacaxtle, cerca del semáforo que marca la desviación hacia Punta de Mita, y en adelante en varios puntos se han abierto baches enormes e incluso en algunos casos ha aparecido grava y arena que está bajo el pavimento.
Otros puntos peligrosos se encuentran en la intersección de la carretera que va a la playa de Destiladeras y a los hoteles de esa zona y a partir de ahí el mal estado de la vía es evidente a simple vista y los automovilistas tienen que manejar con mucha precaución, ya sean turistas, residentes o habitantes locales.
Y SE PONE PEOR
Cerca de la comunidad de Emiliano Zapata la carretera empeora, por la intensa circulación de camiones materialistas que constantemente entran y salen de los desarrollos en proceso de construcción.
Llama la atención que el Fideicomiso de Bahía de Banderas no se hace responsable de estos tramos y argumentan que es responsabilidad de la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones del gobierno federal, pero el argumento es incorrecto, ya que de origen es un tramo a cargo del gobierno del estado y corresponde al Fibba darle mantenimiento.
Lo más lamentable es que esa vía de comunicación la usan turistas de alto nivel, tanto extranjeros como nacionales que llegan al aeropuerto y se trasladan a sus residencias y condominios de lujo.
A decir de residentes y habitantes de la zona, evidentemente los impuestos que pagan no se reflejan en la conservación de esas vías de comunicación que también son de uso turístico.













